VUELTA A EMPEZAR

Escribo estas líneas de nuevo desde Hveragerði. Tras varios meses, vuelvo a trabajar a la tirolina, pero esta vez vengo un mes antes y se nota, volveremos a esto después. 

Llevo ya casi una semana, ya estoy asentado y cómodo, aunque podríamos decir que el "venir" no fue así. 

Este año me quedo un par de meses más que año pasado, más o menos 4 en total, y como ya había vivido aquí, esta vez traía muchos aprendizajes que quería poner en práctica. ¿Por ejemplo? Quería tener mi bici conmigo (muchas rutas cerca que aprovechar). Es por eso que no dudé lo más mínimo en facturar una maleta de bici (que no tenía y que si no conseguía, debía ser una caja) cuando me compré los billetes. Por lo menos, al haberlos cogido con tiempo, me salió muy barato. Al final, tres días antes de tomar el vuelo, la conseguí de segunda mano (engañándome con esto que estaba ahorrándome un montón de dinero, siendo que estaba comprando una maleta, pero bueno, el que no se consuela es por que no quiere); y tras un finde en Donosti, despidiéndome de amigos y familia y haciendo fotos en la Zegama :),
el lunes estaba tomando el tren hacia Barcelona, para coger el vuelo a Reykjavik con lo que yo, en mi sano juicio, pensé que era un equipaje normal. 
Menos mal que soy una persona muy poderosa (y que había estado yendo al gimnasio los meses previos) porque luego me enteré que encima mío iban casi 70kgs de equipaje. 

A pesar de ello, quitando el paseo de Sants a Pl. España en Barcelona para coger el bus lanzadera que me llevaría al aeropuerto que fue, digamos, curioso, la verdad es que el resto se hizo bastante fácil. Además, estoy muy contento de que esto no haya sido un limitante. 

El vuelo fue cómodo también, una vez salimos de Barcelona y vi la ciudad desde el aire (no me acostumbro a esto de lo bonito que es), enseguida me quedé dormido y no me enteré de nada del vuelo, será que iba cansadillo. 
Llegamos a Keflavik como a las 3 am y pasé la noche en el aeropuerto hasta que pude coger los buses que me llevarían a Hveragerði.
Me hizo ilusión coger esos buses porque recordé la primera vez que hice ese trayecto. Alguno/a igual se acuerda de esta foto. 
Aquel día, pensaba que iba cargado, qué cosas tiene la vida.
Llegué muy bien a Hveragerði, vi a unos amigos, me instalé y empecé a trabajar. 

Los primeros días han sido tranquilos, pero duros. Lo digo mucho, pero el tiempo aquí es otra cosa. Aún estamos a principios de junio y se nota. Mucho viento, mucha lluvia e incluso algo de nieve. Estamos sobre los 5 grados, pero la sensación térmica es de menos 6. 

Pero yo estoy a gusto, esto es lo mío. Me gusta la sensación de depender del tiempo y no del tiempo (reloj) (aquí igual me he venido arriba). Tengo un apartamentillo con jardín, un vecino con gallinas y un gato feo que me asusta todas las mañanas, rutas a un minuto de casa y solo el ruido del viento. Nada mal. 

Hoy he hecho mi primera excursión con un compañero del trabajo, y a pesar de que hemos sido derrotados por el viento, la lluvia y la nieve, ha estado muy divertida la excursión.
Me despido por hoy. Un abrazo.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EN BUSCA DE LO CONOCIDO

6 meses

FELIZ AÑO NUEVO