Bienvenido a Islandia

Escribo estas líneas en mi segundo día en Hveragerði, dónde voy a pasar todo el verano.

Ayer, el viaje, aunque se me hizo corto, fue largo; bastante más de lo esperado. Casi una hora de metro, hora y pico en el aeropuerto, cuatro y media de vuelo y tres más en autobuses urbanos hasta llegar aquí. 

En un principio, tenía planeado alojarme en el camping que hay aquí, pero la meteo no animaba nada a hacerlo; mal negocio montar una tienda bajo una lluvia intensa. Así que decidí pasar una noche, por lo menos una y qué menos que empezar bien la aventura islandesa, en una guesthouse (algo así como una casa de invitados). 

En Islandia, tienes varias formas de hospedarte (casi todas muy caras), y no son pocas las familias que deciden adaptar una zona de su casa (en este caso, el garaje) de forma que pueden ofrecer una o varias camas a los turistas de una forma algo (según cuál, tampoco mucho) más económica. 

Por el contrario, hoy se han acabado las comodidades y los lujos, y a pesar de que la lluvia no ha parado en todo el día, a primera hora de la mañana, cuando una mini ventana de lluvia a menor intensidad facilitaba un poco las cosas, rápidamente he montado la tienda (creo que he batido un nuevo record) y he procedido a instalarme en mi nuevo hogar con la esperanza de que a lo largo de estos días en los que la lluvia no va a parar, no entre agua dentro de ella. 

En cuanto a mi cometido aquí, esta semana tenemos el "entrenamiento" en el que aprenderé cómo gestionar todo aquello que envuelve el trabajo de las tirolinas (más adelante os contaré con detalle qué voy a hacer aquí). 

Hoy he conocido a parte del grupo y la verdad es que son muy majos, estaré muy bien con ellos. La zona es increible. 

Nada más por hoy, gracias por seguir leyéndome ;)