NOCHE EN EL DESIERTO

Ayer comenzaba el día más tranquilo. Después de haberme pateao todo Petra, esta vez volví a la ciudad perdida con otro ánimo más sosegado. Tenía aún toda la mañana antes de coger el transporte a Wadi Rum, así que me levanté sin despertador, desayuné y me fuí de nuevo dirección el Siq. 

Lógicamente, al ir más tarde, había mucha más gente (estaba lleno), pero, a su vez, era mejor momento para ver la fachada de "el tesoro". 

Estuve toda la mañana paseando por la ciudad con el ánimo de interactuar un poco con la gente de allí y conocí a unos cuantos beduinos con los que compartí un rato y té. 

Por la tarde, un taxi me recogió para llevarme al desierto de Wadi Rum, en el que tuve la suerte de experimentar un ambiente típico, típico jordano. 

Una vez en Wadi Rum, cambié de coche y me reuní con Saleem, el anfitrión del campamento donde pasaría la noche. Aunque antes de ir al campamento, una vez más, cambio de chófer y nos fuimos a recorrer el desierto en jeep. Una experiencia chulísima. Trepamos por dunas, nos adentramos en cañones, condujimos por el desierto y vimos un atardecer expectacular...

A la llegada al campamento, nos tenían preparada una cena al más puro estilo beduino. 

Terminé el día charlando con el chef y el primo de Saleem y haciendo fotos al cielo estrellado (siento no poner fotos de esto, hasta que no tenga wifi no podré...).

Ahora me encuentro de camino a Amnan. Último día del viaje. Por la noche tomo vuelo a Milan y Zaragoza. Mañana por la tarde estaré de vuelta en casa!!

Gracias por haberme acompañado en este viaje. Ha sido muy guay y bonito saber que me estábais leyendo. Subiré un post más con las fotos para quien quiera verlas ;) 

Guille.