Guille por el mundo

Han sido tranquilos estos últimos días aquí. Mucho tiempo escondido en el saco, refugiado en la tienda bajo los golpes de las gotas de la lluvia y los azotes del viento. ¡Pero eso se terminó!   Hace unos días, Halli (mi jefe), me facilitó el contacto de una familia islandesa con la que voy a vivir estos dos meses. Hoy, una semana después de mi llegada aquí, ya tengo casa (con la full experience de Islandia, incluida) ✌️. No obstante, he de decir que he estado muy a gusto en el camping y que lo echaré de menos, la verdad.  Por lo demás, en el trabajo hemos adelantado mucho trabajo de oficina y hemos podido preparar ya todos los equipos para la tirolina. Lamentablemente no hemos podido realizar mucho trabajo de campo. El tiempo lo pone difícil aquí. Para que os hagáis una idea, han habido días en los que he llevado la misma ropa que cuando voy a esquiar. Sin embargo, sí que hemos tenido tiempo (y voluntad, ya que ha tocado mojarse) para hacer alguna excursión por los...

Siguen las lluvias en Hveragerði y no tiene pinta de que vayan a parar en unos días. A pesar de ello, se está muy a gusto. La temperatura es muy agradable (más que los 40° de España) y la tienda aguanta bien.  Tenemos el fin de semana libre. Así que he estado descubriendo un poco los alrededores.  Para l@s que queráis situarme (que sé que sois varios), Hveragerði se encuentra a unos 45km al este de Reykiavik (la capital), al sur-oeste de la isla. Se encuentra en una zona geotérmica tremendamente activa y es la capital de las aguas termales islandesa. Aquí hay que andarse con ojo porque no todas las "charcas" que uno se encuentra son agradables para el baño (el agua en muchas de ellas está a 100° o más). De hecho, hay zonas en la que se nota el calorcillo incluso en los senderos.  La ciudad es pequeñita y muy agradable. Rodeada de verdes montañas, cascadas e inmensas llanuras; un paraiso.  No dispone de muchos comercios, pero sí que tiene un su...

Escribo estas líneas en mi segundo día en Hveragerði, dónde voy a pasar todo el verano. Ayer, el viaje, aunque se me hizo corto, fue largo; bastante más de lo esperado. Casi una hora de metro, hora y pico en el aeropuerto, cuatro y media de vuelo y tres más en autobuses urbanos hasta llegar aquí.  En un principio, tenía planeado alojarme en el camping que hay aquí, pero la meteo no animaba nada a hacerlo; mal negocio montar una tienda bajo una lluvia intensa. Así que decidí pasar una noche, por lo menos una y qué menos que empezar bien la aventura islandesa, en una guesthouse (algo así como una casa de invitados).  En Islandia, tienes varias formas de hospedarte (casi todas muy caras), y no son pocas las familias que deciden adaptar una zona de su casa (en este caso, el garaje) de forma que pueden ofrecer una o varias camas a los turistas de una forma algo (según cuál, tampoco mucho) más económica.  Por el contrario, hoy se han acabado las comodidades y los lujos, y a pes...

Preparados (por decir algo), listos... ¡ya!  4 días son los que me separan del vuelo que me llevará al país del fuego y del hielo (sí!! Me voy a pasar el verano A Islandia!) y aún hay muchos cabos que atar.  Por ahora, solo tengo el billete que me llevará hasta Reikiavik, capital del país; y todo lo demás, aún está en el aire. Bueno, todo lo demás no, porque también sé que me voy a trabajar y que tendré qué hacer durante julio y agosto.  El poco tiempo de reacción que he tenido tras enterarme de que me iba a contratar una empresa de turismo en el sur de la isla ha hecho que este final de curso esté siendo más caótico de lo que pensaba, no obstante, ¡que este sea el mayor de los problemas! Para nada me puedo quejar.  Empezamos!

¡Qué ganas tenía de retomar el blog! Y no solo por lo que esto significa, si no porque gracias a vosotros/as, le cogí el gusto a esto de describir mis aventuras.  Vuelvo a las andadas y esta vez me dirijo a un lugar con el que he soñado desde niño. Pronto más información. Hagan sus apuestas 👇